Iglesia de grandes dimensiones, de tres naves, con capillas entre contrafuertes, crucero no destacado en planta, cabecera plana y torre de planta cuadrada a los pies, adosada en el lado izquierdo. Construida en el siglo XVIII, de piedra, es en general obra de buena cantería, aunque con diversidad de sillares tanto en tamaño como en calidad del aparejo. En algunas zonas se recurre a la mampostería y al ladrillo. La fábrica se deja vista al exterior y revocada y enlucida al interior.
La fachada, de considerable altura y gran presencia en la plaza, es obra de buena cantería, con sillares bien escuadrados aunque de tamaño muy irregular. Está organizada mediante un paño central rectangular delimitado por un orden gigante de pilastras y rematado por frontón triangular con cornisa partida; y un ala en prolongada curva cóncava adosada en el lado derecho. No existe, sin embargo, en el lado contrario la correspondiente que cabría esperar para respetar la simetría por ubicarse allí la torre.
La portada ocupa buena parte de la fachada, consta de cuerpo y ático, y sin ofrecer un tratamiento plástico excesivo, tiene mucha presencia. La puerta abre en un arco de medio punto sobre imposta de cierta profundidad y con clave resaltada que se prolonga en vertical enlazando a modo de pilastrilla con la hornacina superior. El arco de la puerta está enmarcado por pilastras elevadas sobre plinto, decorado con rombos en relieve, con el fuste cajeado, capitel derivado del corintio y ábaco, sobre las que apoya un entablamento de cornisa volada. Las pilastras están flanqueadas por aletones labrados con volutas vegetales y flores en bajorrelieve. El ático parte de un basamento de escasa altura y está formado por dos ménsulas en forma de voluta en los extremos que sirven de peana a dos esculturas de santos y una hornacina central avenerada con la imagen del titular, San Pedro, sobre una peana con cartela. La hornacina está flanqueada por pilastras y remata en un frontón partido perfilado por una línea de dentículos y en medio, algo más arriba, una ménsula con la imagen de San Miguel.
La torre es de planta cuadrada y consta de dos cuerpos. El cuerpo inferior, muy elevado y prácticamente ciego (solo hay un vano aspillerado en una de sus caras), comienza con obra de sillería –con los cambios ya advertidos- y termina en ladrillo, material con el que está realizado el cuerpo superior de campanas. Es de planta cuadrada con las esquinas en chaflán y cada cara delimitada por dos pilastras, una a cada lado, y horadada por un vano en arco de medio punto para alojar campanas. En la cara frontal hay reloj. La torre, poco elevada en relación con la fachada, remata en una prominente cornisa de ladrillo y cubierta piramidal de teja curva.
En el interior el cuerpo de naves está formado por una nave central más elevada y dos laterales, separadas por gruesos pilares de sección cuadrangular sobre los que apean los arcos formeros de medio punto. Las naves laterales están divididas en tramos comunicados entre sí, cubiertos por bóvedas de arista, y en cada uno se abren en el muro perimetral capillas de poca profundidad entre contrafuertes.
El espacio está articulado por pilastras de capitel corintio en las que descansa un entablamento de mucha potencia, fina y profusamente moldurado y con cornisa en bastante saledizo, que recorre todo el perímetro interior. Sobre él se dispone otro entablamento de menor desarrollo que sirve de apoyo a las bóvedas. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos separada en tramos (4) mediante arcos fajones. El mismo tipo de bóveda se emplea en los brazos del crucero (bóvedas paralelas al eje longitudinal de la iglesia) y en el presbiterio. El crucero se cubre con una elegante cúpula sobre pechinas elevada a gran altura sobre los arcos torales. En su interior, sobre un tambor de poca altura, se disponen lunetos perforados con ventanas y los tramos entre ellos se decoran con parejas de molduras simulando nerviaciones. Las pechinas están decoradas con pinturas murales de mediana calidad que representan a los Padres de la Iglesia, San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio y San Jerónimo, con rótulos identificativos con su nombre en catalán (S. Ambros, S. Agustí, S. Gregori y S. Geroni).
La iglesia presenta una decoración pictórica mural de tipo ornamental, del siglo XVIII, aunque también con algunos diseños más propios del siglo XIX (naves laterales). Se dispone preferentemente en los intradoses de los arcos y enmarcando las ventanas abiertas en los lunetos con movidos diseños de ces de claro gusto dieciochesco.
Estas ventanas de los lunetos no son el único foco de luz, sino que la iluminación procede también de las ventanas abiertas en los testeros de los brazos del crucero, en la cúpula, en el presbiterio y en el hastial de los pies, para iluminar el coro alto.
La distribución interior de la iglesia se trasluce en sus volúmenes esenciales al exterior. Se aprecia la cruz latina que conforman en altura la nave central, el crucero y la cabecera, y destaca con rotundidad el cimborrio situado sobre el crucero. El cimborrio es un cuerpo octogonal de ladrillo, que alberga la cúpula en su interior, con una ventana en cada una de sus caras y cubierta de paños. Todos los tejados del edificio son de teja curva apoyada sobre aleros de ladrillo en los que alternan hiladas de ladrillo plano con otras en esquinilla.